A los campos de la Alcarria
Es de sobra conocida mi afición al senderismo y a la aventura, de modo que mi ausencia en esta edición de "Excursionistas de la Puebla" será necesariamente forzosa y por razones odiosas. A saber, ocho horas de asfixiante oficina. Desearos, sin más preámbulos, un feliz día de quejigos y de aliagas, y aun de jaras blanquecinas, testigos mudos pero francos de que, lo quiera o no el hombre, la vida se abre camino, incluso en los olvidados pero hermosos campos de la Alcarria.
Espero que tras largas horas de lento caminar, pero seguro, bajo el asfixiante sol alcarreño, entre arbustos y sobre calizas, encontreis el reposo y la quietud a la sombra de algún misericordioso techo jabalerino bien abastecido de refrescantes cervezas por manos generosas.
Así sea.
Raúl
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